Asturias, en general, es un paraíso terrenal. Cualquier época del año tiene sus frutos, pero, cuando llega el otoño, uno de los frutos mas abundantes son las castañas. Los castaños se encuentran tan cerca que con solo parar el coche podemos recoger las castañas en la misma cuneta. Son, normalmente ejemplares centenarios que han visto pasar el tiempo y soportar fuegos y temperaturas extremas. Su mayor aprovechamiento es la madera, dura y compacta para confeccionar buenos muebles. Las castañas no suelen recogerse por lo que, si a alguien le gustan , puede llenar capazos enteros.
Los lugareños aseguran que antiguamente se confeccionaba un plato a base de castañas cocidas, muy similar a la fabada de hoy; la castaña es rica en minerales y altamente nutritiva. No sería mala idea recuperar esa receta y actualizarla para la gastronomía asturiana.
El otoño es especialmente hermoso por el gran juego de contrastes entre los diferentes árboles y el sotobosque; aparecen todos los colores de la naturaleza y se combinan entre si como si los compusiera el mejor de los artistas.
El otoño también es propicio para las setas y aqui son muy abundantes por la gran superficie de pinares que hay. Por tanto, coinciden dos episodios muy atractivos para esta época otoñal a los que podemos añadir la caza y deleitar la cocina autóctona de la comarca de Ibias
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