Será el agua, el aire, los buenos alimentos, la tranquilidad o la buena vida, pero lo gente aquí vive muchos años. A muchos los entierran con mas 100 años y todos aparentan tener una salud de roble.
En el pueblo no hay prisas; todo se hace al ritmo que requiere el cuerpo humano. Las tareas del campo se hacen como una actividad que sirve para llenar el tiempo y propician un ejercicio saludable para las personas.
Cada estación del año tiene sus menesteres: la viña, las colmenas, las hortalizas, verduras o fruta o la ganadería requieren la atención y cuidado convenientes, pero , todo a su tiempo. El día es largo para atender todas las obligaciones y éstas no parecen alterar las buenos hábitos de la gente que tiene como prioridad el buen cuidado del cuerpo y alma: comidas a su tiempo, descanso merecido y ocio cuando toca.
Esta cultura que tienen los hogareños termina por contaminar a quien llega al pueblo y pronto acaba por adoptar sus costumbres. Como ocasiones no le faltan, tarde o temprano, elegirá alguna actividad que le satisfaga y llenará felizmente el día.
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