Nada queda de lo que fue y tiene el futuro por hacer.
Del emporio que era Asturias en industria muy concentrado en la zona norte y con el enclave mas destacado, Avilés, o todos los centros mineros en el interior y lindando con Galicia y León, no queda mas que la historia.
Las minas
El carbón se creó muchos enemigos. Por un lado, no era rentable. Su extracción requería mucho esfuerzo y no podía competir con extracciones a cielo abierto en muchas partes del mundo y muy especialmente en centro Europa. Por otro, los defensores del medio ambiente le pusieron la proa y poco a poco consiguieron que el sistema se cambiara a otros recursos, el gasoil , entre otros y calefacciones, coches, centrales eléctricas, fàbricas e industrias… tuvieron que abandonar el carbón. La gente se quedó sin trabajo en el mundo rural y, aunque jubilaron a la mayoría con buenos sueldos y con antelación, los pueblos se vaciaron. Se apagó la vida. Quedaron los viejos y los funcionarios; los jóvenes emigraron y, en consecuencia, tampoco nacían niños. La mina cerrada , cerró consigo todas las expectativas. Hoy solo queda el testimonio del pasado. Por cualquier rincón minero queda el fantasma de la mina: los vertidos, los escombros, las perforaciones y parte de maquinaria y estructuras que se van derrumbando con el tiempo. Ahora el mayor valor es rememorarlas. En muchos lugares ha dejado un paisaje fantasmal, pero se percibe el sudor y el quehacer de los mineros y todos los intendentes que requería la explotación de la mina desde herramientas, dinamita, transporte, mecánicos, ingenieros , capataces o sucursales bancarias y bares. Aquel sueño se perdió para siempre. Parce como si a todo el territorio lo hubieran cubierto con un manto y dejaron en silencio todo el subsuelo. No se escapa ni un suspiro.
La industria
La otra pata gigante de Asturias era la industria. El triangulo Mieres, Gijón y Avilés era, junto a algunos polígonos industriales, el de mayor actividad por metro cuadrado de España. Pero alguien tubo interés e ir diezmando ese impulso y después de tanta inversión por ponerlo en valor se deja morir sin calcular las consecuencias.
Esas tres poblaciones se han transformado y urbanizado mucho desde entonces, pero la riqueza el el brío que tenían brilla por su ausencia; ha comercio y servicios, pero nadie ha llenado el vacío de la industria.
El complemento de la actividad industrial transcurría también por cuatro ríos: Nalón, Navia, Eo y Sella. Producción eléctrica, madera, y pesca conferían al territorio un complemento y equilibrio económico que repartía la riqueza de forma natural
Perdidos definitivamente esos dos activos y pensando que el sector primario pierde también cada día mas peso, ¿qué le queda a Asturias?
De momento, el turismo.
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