Aunque rio de curso corto, no deja de ser una referencia tanto por sus aguas cristalinas como por su abundancia en truchas.
Nace en el puerto de Cerredo y desemboca en el Navia fundiendo sus aguas en el embalse de Salime; cubre un buena parte del occidente asturiano y recorre los municipios de Degaña, Cerredo, Taladrid, Cecos, San Antolín de Ibias y Marentes.
Periódicamente ademas, suelen repoblarlo con la trucha original de la zona, una especie muy resistente y de buen tamaño. Cuando se viaja por estos pueblecitos es habitual hacerlo paralelo al rió y al sinfín de arroyos y fuentes que nacen en cualquier rincón y vierten sus aguas el río Ibias. Entre la ingente vegetación abundan las frutas entre ellas: las castañas, los higos, madroños, uvas, peras, ciruela, manzanas, etc. Son muchos los pescadores que acuden aquí a practicar el arte de la pesca y disfrutar tanto de su paisaje como de su gastronomía.
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